Una chica angelical,
una discoteca,
un vampiro que va de caza... ¿De verdad crees que sabes cómo acaba la historia? Compruébalo en http://amayaf.blogspot.com/2009/12/otro-libro-relato-primer-capitulo.html Me acerqué a la casa, un bonito unifamiliar en una urbanización en las afueras y me apoyé en la verja. Un poco alta para saltarla, no puedo con más de metro y medio. Lo mejor sería forzar la puerta. Y cuando estaba ganzúa en mano intentándolo, lo noté. El jardín, bastante grande y con varios árboles adornándolo, estaba demasiado quieto: Se oían los sonidos propios de la noche de todas partes menos de allí. No iba a ser tan fácil. Estaba vigilado. Mierda. Me veía yendo a casa a armarme mejor. Aunque primero averiguar a qué me enfrentaba.
-Licántropos -susurró una voz en mi mente-, dos.
Oh dios... conozco esa voz. Pertenece al tipo de hombre capaz de volver loca a cualquier súcubo que se precie: alto, masculino, poderoso... O al menos lo haría si todavía tuviera un alma que poder robarle.
-Hola Casius -le contesté en voz baja, sin girarme. Ya era bastante malo tenerlo allí como para encima mirarlo -. ¿Has venido a decirme que hay dos perritos guardianes? Qué amable de tu parte.
-Sí, bueno, el interrogatorio ha sido bastante rápido y he pensado que quizá necesitabas ayuda -esta vez habló, susurrando en la sensible piel de mi nuca.
Me estremecí, mi parte no-humana anhelando el placer que él podría darme. Menos mal que aún me quedaba medio cerebro para contenerme. No me apetecía acabar como una caja de sangría agujereada. Este vampiro era demasiado viejo, demasiado poderoso como para poder con él aun cuando la lujuria lo debilitara. Y considerando el autocontrol que le habían dado los años, dudaba que lo fuera a debilitar mucho. Si es que de verdad yo le atraía y no sólo se divertía asustándome, claro.
-Gracias pero creo que puedo sola.
-Ésta es gratis, cielo -me cogió de la muñeca y me obligó a girarme. Sus ojos eran de un azul tan intenso como el mío pero con ese brillo rubí que indica que el vampiro está o excitado o hambriento. Por suerte no intentó hechizarme. Habría caído como una idiota -. Aunque si quisieras envejecer unos cuantos años tu aspecto te lo agradecería. No soy de los que les gustan las niñas.
http://amayaf.blogspot.com/